Patraña

Poeta callejero

Thursday, July 06, 2006

A una vaca con paraguas flotando en el mar



Chagall esta
pintando un poema
de Blaice Cendrars,
ese poema que habla
de él mismo pintando iglesias
y barberías en París.

Chagall pinta en azul,
un cuadro donde Jesuscristo
pinta a Marc Chagall
como mil novecientos años antes,
en plena revolución roja.

¿Te acuerdas?,
es ese cuadro
donde sale sonriéndose,
mostrando sus dientes rojos
hacia una luna verde,
que se esconde juguetona
tras la torre Eiffel

Ay , ¡¡¡rápido sóplame el ojo,
apúrate por favor!!!,
me entro una vaca con paraguas,
pero rápido que tengo uno de sus cachos
clavado en el iris,
si sé, no me recrimines,
eso me pasa por ponerme
tan cerca de sus cuadros.

Bueno está bien
si sabes que soy curioso,
eso, así, suavecito… ah, ah.

Así no distraeremos
a Marc Chagall
no le gusta que lo distraigan
cuando está pintando,
dejándose de cosas
cada año que pasa
sigue pintando mejor.

Los Manzanos



El universo entero
vestido de besos…
estrellas bailando
en tus ojos marinos…
todo el amor en un abrazo…
en silencio una caricia,
en medio de mi luna llena.

El fuego en las lámparas del Templo,
se extingue la oscuridad,
aún amenaza la libertad…
el corazón de los humanos,
todavía las lágrimas
recorren sus calles y ciudades.

Las flores en el jardín
cantan por un tiempo mejor…
hay ángeles haciendo el amor
junto a demonios azules…
sembrando galaxias
en el confín del Amor.

El aroma de la madera
recorre los metales
de la calle.

Caen los edificios
a nuestros pies,
derretidos como catres de bronce,
Cupido nos ha cubierto
con sus divinas saetas…
¡te quiero mierda!
le grita él…
me tienes caliente
le susurra ella…

Esconde ciudad tu moral…
la velada es con Roc a’ Roll
y caspa del Diablo…
no hay más invitados,
las vacantes se coparon hace rato…
sólo dos pasajes…
Buenas noches al mundo,
los ojos pegados al techo,
la mandíbula inferior comiéndote
el cráneo…
la fiesta del semen
y los óvulos azules…
hay luces multicolores
pegadas a tus muslos,
una galaxia en la vagina

Escuche tu voz…
amada luna llena…
como un barco hecho corazón…
con velas de besos…
la noche en tus océanos,
dos veces te amo.

A ti te aullo
pezón de oro…
blanca flor de verano
que te me naces en invierno…
tu que adormeces mi rabia
con suave canción de serpiente…
mordiendo mis cuerpos cavernosos,
inyectando tu veneno
en sanguineo torrente…
y me gusta, me gustan tus colmillos
en esta carne de cebada.

Luego el Sr. Viento
como vino se fue…
dejando tras de sí
amor sembrado
en rimas de sal y sangre…
yo meciéndome en besos y caricias…
he dejado las ventanas
y las puertas de la casa abiertas de par en par
para que él
no olvide pasar.

Wednesday, July 05, 2006

Sangre en el Altar


Madre reconoce
este mi cadáver…
soy lo muerto…
una voz que se apaga
un sonido que se pierde…
madre, ven, soy yo el muerto.

Esa sangre en la arena
es la tuya…
vuelan televisores,
pantallas planas…
el plasma se escurre
por entre mis antenas.

Sentía el dolor…
el dolor se apoderaba de mi…
entonces los besos de albaca
en la frente
adormecían las heridas…

Buenas noches
le dijo al salero
único acompañante
de aquella velada…
aunque debo confesar
que el florero se sintió
bastante ofendido…
el trigo en el campo madurando,
la manzanas en el palar…
los botes en el muelle,
descalza en mis retinas,
tus colores desordenados.

Tan solo respira
sobre mis labios,
en una flor,
el universo entero
descanza de mi amor.

Calla, las estrellas
aún duermen…
baja la voz.
Tres veces tu nombre
apareció en el pastel naranja…
tu sonrisa de árboles
y tu carácter de volcanes.

No, no te vayas
tengo dos besos
en el congelador
que están fresquitos
tengo uno sabor por siempre
que está de miedo.

Un vendedor de libros
empuja el amor
hacia los confines del recuerdo,
mi lengua, la barca de Odiseo
en la isla de Calixto…
yo, el verso de agua salada…
en tus besos de miel.

Un suspiro pende de una estrella,
un coro de orgasmos,
una caricia hecha poema,
el fuego del dragón templando
nuestros espíritus,
dos versos de fuego
estampados en tus glúteos de Hada.

Y nos dormimos…
entregados desnudos
hacia el sol…
en un abrazo
que nos llevaría
hasta el amanecer.